NACIÓN.
Un país brillante no tiene un Gobierno brillante, sino que tiene un Gobierno que asegura las condiciones para que todos y cada uno de los ciudadanos tengan la posibilidad de llegar a ser brillantes, aún aquellos que no han nacido para serlo.
El elemento identificador de un país es el conjunto de individualidades de sus ciudadanos que obran mancomunadamente en el sostenimiento de sus tradiciones y el acrecentamiento de sus afectos.
La fórmula para ser una Nación es saber reconocer a los otros como si fueran nuestros vecinos y permitirles obtener de cada uno de nosotros todo lo que como humanos obtenemos al nacer y acrecentamos durante la vida en común.
SISTEMA POLÍTICO.
Con este proyecto creamos un sistema político para el hombre y no a pesar de los hombres, expresando la voluntad de rescatar al pueblo, individuo por individuo, por ser el poseedor de la soberanía.
No puede contarse por tiempo indeterminado con la mansedumbre de los pueblos cuando se vive expoliando a los hombres en nombre de un sistema que mantiene la permanente generación de excluidos, compitiendo en todo momento entre todos y por todo cuando la colaboración social determinaría una mejora sustancial en los parámetros de civilización. El sistema actual no tiene respuestas a necesidades individuales, estando más inclinado a encontrar respuestas globales y grupales que personales.
Démonos un golpe de moralidad y humanidad, pongámonos en el poder. Humanidad por sobre economía, libertad por sobre teorías sociales, hermandad e igualdades básicas por sobre ideologías, identidad por sobre globalización sin individualidad.
El descontento, queja, repulsión, indignación y rechazo del pueblo que en estos tiempos se han manifestado, son la consecuencia de los hechos acaecidos durante los últimos cien años y demuestran la inoperancia, inutilidad, futilidad, desmedida ambición, ampulosa vanidad e hipocresía de la clase dirigente y de las empresas e instituciones que lucraron todo ese tiempo a expensas del pueblo.
Ante esta manifestación de la voluntad popular ninguno de esos dirigentes, empresas o instituciones representan, lideran o interpretan a la población y, además, no son considerados como auténticos representantes, líderes o intérpretes de dicho pueblo, a lo sumo cumplen funciones en los distintos estamentos constitucionales o institucionales para mantener la mínima organización del Estado, pero de ningún modo son los líderes.
El mundo está actualmente en una nefasta situación social, política y económica, producto de la creciente desidia y falta de buena voluntad, de amor al prójimo, de utilización de valores humanos y de hombría de bien de las personas, empresas y/o instituciones que hasta la fecha han dirigido erróneamente su destino y que aún así están vigentes, por lo que, en virtud del necesario rescate de su futuro, no me está permitido suponer que esas personas, empresas y/o instituciones puedan, por sí solas, cubrir los puestos en nuestra sociedad que justifiquen ser considerados como líderes.
Se hace imperioso un completo e irrestricto compromiso con la verdad pública, señalando todo aquello que es la fuente del estado actual de las cosas, para que con la voluntad de quienes así lo juzguen necesario, podamos reconstruir las bases de una nueva sociedad con la implementación de los valores que caracterizan al ser humano, para lo cual cada uno debe actuar en el ámbito social al cual pertenece pensando solamente en el beneficio del prójimo que, en definitiva, resultará en el beneficio de todos.
No merecen los pobres que se mantenga por más tiempo su estado. No merecen los emprendedores que se les impida por más tiempo mantener su disposición a crecer. No es natural la falta de auténticos líderes que actualmente padecemos.
No contemplo bajo ningún punto de vista ni situación alguna, la utilización de la violencia para aplicar o hacer aplicar las ideas que aquí vierto, siendo el pueblo el único que está habilitado para interpretar lo que expreso, quien siempre se reserva para sí el poder y la soberanía.
No puedo arrogarme la representación de otra u otras personas, empresas y/o instituciones al redactar estas ideas, por lo cual todo lo que aquí se lea debe ser interpretado como efectuado por una sola persona y bajo mi exclusiva responsabilidad.
No puede contarse por tiempo indeterminado con la mansedumbre de los pueblos cuando se vive expoliando a los hombres en nombre de un sistema que mantiene la permanente generación de excluidos, compitiendo en todo momento entre todos y por todo cuando la colaboración social determinaría una mejora sustancial en los parámetros de civilización. El sistema actual no tiene respuestas a necesidades individuales, estando más inclinado a encontrar respuestas globales y grupales que personales.
Démonos un golpe de moralidad y humanidad, pongámonos en el poder. Humanidad por sobre economía, libertad por sobre teorías sociales, hermandad e igualdades básicas por sobre ideologías, identidad por sobre globalización sin individualidad.
El descontento, queja, repulsión, indignación y rechazo del pueblo que en estos tiempos se han manifestado, son la consecuencia de los hechos acaecidos durante los últimos cien años y demuestran la inoperancia, inutilidad, futilidad, desmedida ambición, ampulosa vanidad e hipocresía de la clase dirigente y de las empresas e instituciones que lucraron todo ese tiempo a expensas del pueblo.
Ante esta manifestación de la voluntad popular ninguno de esos dirigentes, empresas o instituciones representan, lideran o interpretan a la población y, además, no son considerados como auténticos representantes, líderes o intérpretes de dicho pueblo, a lo sumo cumplen funciones en los distintos estamentos constitucionales o institucionales para mantener la mínima organización del Estado, pero de ningún modo son los líderes.
El mundo está actualmente en una nefasta situación social, política y económica, producto de la creciente desidia y falta de buena voluntad, de amor al prójimo, de utilización de valores humanos y de hombría de bien de las personas, empresas y/o instituciones que hasta la fecha han dirigido erróneamente su destino y que aún así están vigentes, por lo que, en virtud del necesario rescate de su futuro, no me está permitido suponer que esas personas, empresas y/o instituciones puedan, por sí solas, cubrir los puestos en nuestra sociedad que justifiquen ser considerados como líderes.
Se hace imperioso un completo e irrestricto compromiso con la verdad pública, señalando todo aquello que es la fuente del estado actual de las cosas, para que con la voluntad de quienes así lo juzguen necesario, podamos reconstruir las bases de una nueva sociedad con la implementación de los valores que caracterizan al ser humano, para lo cual cada uno debe actuar en el ámbito social al cual pertenece pensando solamente en el beneficio del prójimo que, en definitiva, resultará en el beneficio de todos.
No merecen los pobres que se mantenga por más tiempo su estado. No merecen los emprendedores que se les impida por más tiempo mantener su disposición a crecer. No es natural la falta de auténticos líderes que actualmente padecemos.
No contemplo bajo ningún punto de vista ni situación alguna, la utilización de la violencia para aplicar o hacer aplicar las ideas que aquí vierto, siendo el pueblo el único que está habilitado para interpretar lo que expreso, quien siempre se reserva para sí el poder y la soberanía.
No puedo arrogarme la representación de otra u otras personas, empresas y/o instituciones al redactar estas ideas, por lo cual todo lo que aquí se lea debe ser interpretado como efectuado por una sola persona y bajo mi exclusiva responsabilidad.
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